La mayoría de los niños presentan este problema cuando son pequeños, y la razón suele ser la misma: la falta de una rutina y hábitos de sueño .
Y es que es muy importante que como adultos transformemos la hora de dormir de nuestros pequeños en un verdadero ritual. Lo primero que debes saber, es que estos hábitos y rutinas deben trabajarse día a día , pues es la única forma en que los niños se adapten y lo entiendan como parte de su día.
Este “ritual de la hora de dormir” debe tener una hora establecida, siempre considerando las horas de sueño que tu pequeño necesita según su edad.
Además, a medida que se acerca a la hora de dormir, es fundamental bajar la cantidad de estímulos que rodean a tu hijo / a. Si tu pequeño está acelerado cuando debe ir a dormir, evidentemente tendrás un gran desafío por delante, y muy probablemente no logres es objetivo. Por eso, elimina las pantallas al menos 2 horas antes de la hora de dormir, y evita la actividad física de mucho desgaste.
Antes de acostarse, algunos padres optan por darle a sus hijos / as un baño de tina tibio, que como objetivo no sólo higienizar tiene, sino también relajar y bajar el ritmo de los niños.
Preparar el entorno para dormir también es clave. Un espacio tranquilo, de luz suave y cálida, es perfecto para que tu pequeño logre dormir y descansar, ¡mejor aún si asocias este momento y espacio a un suave juguete en especial! Por ejemplo, motívalo a que duerma con un peluche pequeño, así, tu hijo / a lo relacionará directamente con la hora de dormir y se sentirá mucho más tranquilo y acompañado.
Una vez que tu pequeño esté instalado en su cama, compartan un cuento que fomente su imaginación , que lo relaje, y que lo ayude a conciliar el sueño.
¡Cuidamos lo que más amas!
¡Mejora el sueño de tus pequeños con estos consejos!
