Por eso, hay ciertos elementos y rutinas que son de gran ayuda para que las habitaciones y espacios comunes, sean lugares seguros para disfrutar y compartir con los que queremos.
¿Cómo lograrlo? La ventilación es un factor fundamental para que nuestro hogar tenga aire fresco, pero también para eliminar posibles virus que estén en suspensión. Lo recomendable es ventilar al menos 2 horas cada espacio. En el caso del invierno, ventila durante 20 minutos en la mañana y 20 minutos por la tarde.
Durante los momentos en que estés ventilando, es probable que se generen corrientes de aire. Considera esto para que tus pequeños no se expongan y enfermen por el cambio de temperatura.
También es fundamental que mantengas una vía de ventilación si tienes una estufa prendida. Las estufas consumen poco a poco el oxígeno de nuestros espacios, por lo que debemos tener una ventana un poco abierta para que nuestro hogar se siga oxigenando correctamente.
¡Un humidificador también es un excelente aliado! Son fáciles de usar y logran darle una leve humedad al aire de nuestros espacios, permitiéndonos tener una mejor respiración. Incluso, los humidificadores son beneficiosos para nuestra piel y cabello, y son una alternativa ideal para mejorar la calidad del sueño. ¡Además son un excelente elemento decorativo!
Por supuesto que mantener todas las superficies limpias siempre es clave para lograr espacios saludables. En lo posible, limpia diariamente para evitar la acumulación de polvo y ácaros en tus muebles y espacios, así también evitarás alergias cutáneas, respiratorias y posibles infecciones.
No olvides que los niños pequeños dejan sus juguetes, chupetes e incluso su mamadera en el piso, elementos que luego van directamente a su boca. ¡Protégelos!
¡Cuidamos lo que más amas!