Para muchas mujeres, la lactancia es una de las etapas más difíciles cuando llega un bebé, pues se debe tener una técnica correcta para evitar grietas y dolor, además de un espacio cómodo para poder llevar a cabo la alimentación y acople.
Sin embargo, esta etapa podría verse afectada, temporal o totalmente, debido a un diagnóstico de cáncer de mamas. Por eso, conversamos con Alejandra Montenegro, Asesora de Lactancia, acerca de qué efectos tiene el cáncer de mamas y lo que implica en la lactancia.
¿Es un diagnóstico de cáncer de mamas incompatible con la lactancia? Esa es la primera duda que naturalmente surge, a lo que la especialista nos comentó que “no tanto por el cáncer de mamas, pues un tumor no va a afectar directamente la leche ni su composición, pero sí el tratamiento”, señaló agregando que “es súper importante que la mamá, en ese momento, priorice tratar el cáncer y no postergar el tratamiento del cáncer, y ahí dependerá del tratamiento” dijo.
Pero, inevitablemente, en ciertos casos la lactancia se ve mayormente afectada, y es cuando la madre debe ser sometida a tratamientos invasivos y farmacológicos, los que sí traspasan a la leche. Por eso, Alejandra nos comenta que: “El tratamiento en sí puede afectar la lactancia porque hay medicamentos que no son compatibles con ella, más aún en medicamentos o tratamientos contra el cáncer”.
Sin embargo, eso no excluye la lactancia por el resto del proceso, pues según indica la especialista: “depende de la vida media del medicamento, que es lo que dura el medicamento en el organismo. Cuando el organismo esté limpio de los efectos, podemos dar leche nuevamente”, abriendo así la posibilidad de retomar la lactancia siempre y cuando el médico tratante lo permita.
Pero ¿cómo mantener la producción de leche mientras le bebé no está amamantando?, Alejandra nos cuenta que “un buen consejo es extraerse para mantener la producción, aunque sea leche que no podemos darle al bebé, porque está con el medicamento y la tenemos que eliminar, pero nos permite que cuando se termine el tratamiento, y pasen las vidas medias de éste, podamos volver a amamantar”, indica.
Otro de los puntos que genera dudas y angustia, es la posibilidad de perder el apego que se produce con el contacto directo al dar leche desde el pecho, pero Alejandra nos indica que al amamantar: “no necesariamente genera un apego seguro, y no necesariamente elimina momentos de estrés. Una mamá que de mamadera puede generar el mismo buen apego que una mamá que amamanta. Una mamadera dada con amor es mucho mejor que estar dando pecho a los 3 años sin querer hacerlo” por lo mismo, la especialista refuerza la idea de que la lactancia debe ser deseada y que debe terminarse cuando la madre y el bebé lo decidan, a su tiempo, eliminando también los estigmas de que alimentar a los pequeños por medio de mamadera no genera apego.
De esta forma, podemos comprender que la lactancia, siempre dependiendo de cada caso, es compatible con la lactancia, permitiéndonos vivir esta experiencia única junto a nuestro bebé. Sin embargo, tener un resultado y diagnóstico temprano es clave para poder lograrlo: “mientras más precoz, más posibilidades tenemos de tener un buen diagnóstico y mejorarnos bien”, finaliza Alejandra Montenegro.
Y aunque la lactancia sea un acto de amor, debemos saber que informarnos, realizar nuestros controles anuales y el autoexamen de mamas, es clave para poder mantenernos saludables y detectar cualquier anormalidad a tiempo, siendo la mayor muestra de amor hacia quienes más amamos.
Para revisar la entrevista completa, te invitamos a escucharla en nuestro Instagram o en nuestra APP Infanti Contigo.
¡Cuidamos lo que más amas!