¿Cómo hacerlo? ¡Muy sencillo! Debes tener diferentes contenedores, cajas o bolsas con colores diferenciados para así distinguirlos e ir a dejarlos al lugar correspondiente de reciclaje.
¡Toma nota!
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Gris: Los contenedores grises, por lo general, reciben todo tipo de desechos, pero principalmente aquellos que son biodegradables. Son los más comunes, pero a la vez los que se vuelven más difíciles de reciclar.
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Naranjo: Especial para depositar desechos orgánicos como huesos de pollo, restos de verduras y frutas o cáscaras de huevo.
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Verde: En este contendor o caja debes dejar las botellas o elementos de vidrio. Ten especial cuidado si dentro de tus contenedores tienes una bolsa, pues podría romperse de forma accidental y causar un accidente involuntario. ¡No dejes que tus niños jueguen o manipulen los residuos de este contenedor!
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Amarillo: En este espacio tienes que ir categorizando los desechos que sean de plástico y los envases metálicos, como latas de bebida, envases de yogurt, envases de alimento, etc.
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Azul: ¡Aquí debes ir depositando el papel! Las hojas que ya no te sirvan, los diarios, revistas, papel de regalo o folletos publicitarios. Los cartones también van dentro de esta categoría, si que puedes dejarlos de forma ordenada para que te ocupen menos espacio.
- Rojo: Los contenedores rojos generalmente están pensados ??para almacenar desechos peligrosos como pilas, aceites, productos tecnológicos, insecticidas, baterías o incluso residuos hospitalarios. ¡Por precaución, te aconsejamos que tus niños no jueguen con los desechos de este contenedor!
¡Reciclar es mucho más entretenido si le enseñas a tus niños!
Una buena idea es enseñarles qué es el reciclaje , y pedirles que te ayuden a crear íconos para pegar en los diferentes contenedores. Así, podrá distinguir de forma fácil y rápida dónde debe ir cada residuo.
¡Cuidamos lo que más amas!